Audi fue pionera en llegar al mercado chino en 1988 y, una vez más, se atreve a liderar al lanzar esta nueva marca en colaboración con SAIC, apoyándose en una plataforma tecnológica conjunta: la Advanced Digitised Platform (ADP). Esta base tecnológica ha permitido a la nueva AUDI consolidarse como una marca vanguardista, sin perder la esencia de su herencia alemana.

Aunque el nuevo logo “AUDI” reemplaza visualmente a los emblemáticos aros, los ejecutivos aclaran que no se trata de una marca secundaria, sino de una propuesta paralela que comparte los valores fundamentales de Audi. No obstante, la nueva imagen busca destacar por su tono más juvenil, atrevido y alineado con el mundo de la moda y la tecnología.

Desde una perspectiva de marketing, este rebranding tiene una doble lectura: por un lado, Audi reinterpreta sus orígenes —ya que el nombre “AUDI” antecede históricamente a los cuatro aros—; por otro, busca reposicionarse ante una audiencia joven, moderna y urbana, especialmente en Asia.

Este movimiento nos recuerda lo poderoso que puede ser un rediseño de marca bien pensado: no se trata solo de cambiar un logo, sino de redefinir el relato visual, cultural y emocional de una marca. Audi no solo está renovando su identidad gráfica, está rediseñando su lugar en el futuro de la movilidad.